Dioses del surf viajan desde todas partes del mundo para domar las olas que entrega las costas de Pichilemu. Ubicado a aproximadamente 200 kilómetros de Santiago, es el paraíso para quienes practican este deporte, pero también para quienes se relajan en la arena oscura escuchando el golpe de las olas mientras se enamoran del atardecer. Bosques nativos rodean la ciudad y calles de tierra al salir de ella, dándole un aire colonial a este pueblo de tablas. Es ciudad pero con esencia de pueblo, la buena vibra te llena de inmediato. Pichilemu es el punto de partida para recorrer pequeñas localidades secretas a su alrededor con casas de campo y actividades de mar. ¡No olvidemos sus empanadas caseras!